El nombre propio tiene gran importancia para el niño ya que forma parte de su identidad.
Tiene un gran sentido emocional para los niños, su nombre es éste y sólo éste...
La inicial del nombre se estabiliza, se convierte en “la de mi nombre” y sirve para conocer el nombre y la forma convencional de las letras.
Los niños están interesados en sus nombres porque representan quienes son. Son una parte importante de su identidad y los niños están orgullosos de ellos. Piense con qué frecuencia les preguntan, “¿Cómo te llamas”? y “¿Cuántos años tienes”?
Es importante que los niños escuchen sus propios nombres y los vean escritos porque los nombres son abstractos. Uno no puede tocar un nombre o sostenerlo en sus manos; los niños necesitan una gran cantidad de oportunidades para hacer la conexión entre ellos mismos y la manera como su nombre suena y se ve. Sus nombres son las primeras palabras que ellos entienden y con las que se pueden identificar – y así hacen la conexión entre letras y algo muy significativo.
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